sábado, 20 de noviembre de 2010

JÓVENES DE IBEROAMÉRICA: ACTORES PARA CONSTRUIR UN GRAN CAMBIO.



Asunción, (PL) Ser parte activa de los procesos de cambios que viven los pueblos es hoy uno de los retos fundamentales de los jóvenes, muy especialmente en América Latina.

Nadie puede quejarse de que no fue invitado a participar, afirmó en entrevista con Prensa Latina Alejo Ramírez, director de la Oficina Técnica Cono Sur de la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ).
Tengo la sensación de que, en la mayoría de nuestros países, estamos todos invitados a ser parte de esta gran encomienda y nadie puede decir que no fue invitado; eso es hoy la gran ventaja y oportunidad de los jóvenes, de ser parte del cambio, subrayó.

Ramírez, quien viajó a Asunción para intervenir en un conversatorio sobre la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes, estima que otra gran oportunidad son las nuevas tecnologías.

"Creo que los jóvenes -destacó- son líderes naturales de su familia, de su sociedad y sus comunas en este gran tema, que ya no es un asunto colateral, sino un tema central en la vida de los jóvenes".

Para el directivo juvenil, con el uso y buen aprovechamiento de las nuevas tecnologías también los jóvenes "pueden construir un gran cambio".

Al referirse a la visión que tiene la OIJ sobre la juventud regional, señaló que hay una mirada que "nos da un poco de tristeza y otra mucha alegría".

"Nos da un poco de tristeza la situación paradojal" vivida por los jóvenes en América Latina al tener que enfrentar dificultades para su desarrollo y ser "signados por muchos como quienes vienen a romper la quietud de nuestras sociedades", apuntó.

La mirada que nos pone muy contentos es la generación, de un tiempo a esta parte, de un movimiento muy interesante de participación juvenil, el cual es apoyado por la mayoría de los gobiernos latinoamericanos.

En ese sentido mencionó lo ocurrido en Buenos Aires "con el fallecimiento de Néstor Kirchner, para ver como muchos jóvenes que se creían eran apáticos y no estaban en la política, hicieron filas de 10, 12 y 15 horas sólo para entrar y ver durante unos segundos el féretro de un ex presidente".

Lo cual, opinó, no puede interpretarse que sólo era para ver su féretro, sino para participar, sentirse parte del proceso de cambio en la Argentina y ser protagonista del momento que vive América Latina.

Al mismo tiempo son estos los jóvenes que están ayudando a esos gobiernos a consolidarse, a generar nuevos espacios de participación, nuevos movimientos, subrayó.

Para el director de la oficina regional de la OIJ, ese proceso se está dando en Ecuador, Cuba, Venezuela y "en muchísimos lugares donde hoy, por suerte, contamos con jóvenes que respaldan a gobiernos que nunca se parecieron tanto como a sus pueblos".

Sin embargo, acotó, vemos con inquietud que el grado de desarrollo juvenil es preocupante en asuntos como el desempleo, la baja calidad de la educación y la falta de buenos servicios de salud.

Ramírez explicó que aunque parece contradictorio, "esa es una oportunidad para participar y cambiar esa realidad", porque "la mirada positiva le gana a la negativa en términos de perspectiva y de futuro".

Al respecto señaló que hoy "podemos llegar a estar peor" en algunos indicadores como el desempleo juvenil, la prevalencia al VIH/sida y el embarazo adolescente; "es cierto, estamos peor que antes", enfatizó.

Pero siento que estamos mejor en términos de oportunidad política de cambiar esa realidad, que nuestros gobiernos están más capacitados para transformarla y los indicadores nos empiezan a dar la razón poco a poco, apuntó.

Los jóvenes de América Latina tenemos hoy una gran oportunidad, y de España y Portugal también, de protagonizar un cambio -opinó-, área donde igualmente se están dando procesos muy interesantes de defensa de algunas instituciones que se han construido con esfuerzo, e incluso, con la sangre de muchos compañeros.

Sobre los cada vez más difíciles desafíos del mundo actual, donde son los jóvenes los llamados a encontrar las soluciones, Ramírez expresó "que no es fácil enfrentar esos retos cuando nada está garantizado".

Ni la educación universitaria -apostilló- te garantiza hoy en día un buen puesto de trabajo.

Es complejo, acotó, "pero me parece que ésta es una juventud distinta, por supuesto, a la de otros tiempos que muchos miran con añoranza, pero es una juventud que se compromete mucho más con su realidad y la de los otros".

Al ser interrogado sobre los principales problemas afrontados para la implementación de la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes (CIDJ), el director regional de la OIJ manifestó que existen dos cuestiones importantes.
El primer conflicto es la novedad, la Convención es muy joven y la falta de difusión atenta un poco a construir una mejor masa crítica que presione y trabaje positivamente sobre los gobiernos y parlamentos para ser ratificada, explicó.

A la CIDJ le falta, por ser nueva, "un proceso de mayor construcción y de masa crítica, de participación, empoderamiento y de abono para poder lograr las ratificaciones, y en ese proceso estamos".

Expresó Ramírez que el otro gran rival que debe enfrentarse son los espacios más conservadores de nuestras sociedades, los cuales no desean cambiar, quieren seguir igual, como están.

Asimismo, añadió, te encuentras jóvenes que pueden estar hasta en contra de la propia Convención por diferentes cuestiones éticas, religiosas, pero saben que la realidad debe ser cambiada y proponen sea de otra manera.

La gran oportunidad de la CIDJ es que plantea el debate en torno a ese cambio, y esto siempre es positivo, remarcó.

Surgida 11 de octubre del 2005 en la ciudad española de Badajoz, la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes consta de 44 artículos y establece derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales para ese sector comprendido entre los 14 y 25 años.
El texto fue firmado en su nacimiento por 18 países de Iberoamérica y ya ha sido ratificado por siete de los 22 (Ecuador, España, Costa Rica, República Dominicana, Honduras, Bolivia y Uruguay) que integran esta comunidad de naciones.
Sobre futuras incorporaciones a la Convención, comentó que tenían grandes expectativas con la media sanción de la Cámara de Senadores de Paraguay, pero "creo que va a ser difícil", por lo cual estamos trabajando en otros países que entendemos pueden ratificar.

"Tenemos grandes expectativas en Centroamérica, algunas también en el Cono Sur y estamos esperando que algunos de los países grandes de Latinoamérica como México, Brasil o Argentina en breve ratifiquen la Convención, con algunas salvedades", anunció.
La Cámara alta paraguaya aprobó la incorporación a la CIDJ, pero fue rechazada en Diputados tras una fuerte campaña de desinformación, al considerar que la Convención puede contraponerse a la legislación actual.

Un total de 52 diputados se mostraron en desacuerdo con el documento, en tanto que dos legisladores se inclinaron por la aprobación.

El gobierno paraguayo, mediante el Viceministerio de la Juventud, ha realizado campañas de difusión y movilización en busca de apoyo para lograr la ratificación de la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes.

Para la viceministra de la Juventud, Diana García, es sumamente importante que Paraguay tenga un instrumento legal con el fin de garantizar los derechos humanos para los jóvenes.

Desde el 2005 Paraguay firmó la convención y en los últimos dos años desarrolló numerosas acciones con el propósito de crear conciencia para su ratificación.

Del 2008 a la fecha se desarrollaron talleres, seminarios y se recogieron las firmas de cinco mil jóvenes para lograr que su legalización fuera una realidad.

Nosotros insistimos, afirmó Ramírez, en que los gobiernos ratifiquen la Convención y "le den la cara a los jóvenes" para poder cambiar la realidad positivamente.


Colaboración: Por Juan Carlos Díaz Guerrero (Prensa Latina *)

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