miércoles, 25 de abril de 2012

Se viene el tercer informe OIJ-Cepal.

Como ya hicieron en 2004 y en 2008, la OIJ y la CEPAL publicarán en 2012 el tercer informe sociodemográfico sobre el estado de la juventud en Iberoamérica. Esta vez, la publicación tendrá un perfil hacia el mercado laboral y, por ello, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) formará parte de este emprendimiento.
En esta ocasión, nos proponemos hacer una fotografía de cómo el empleo juvenil (o su falta) incide en el proyecto de desarrollo individual y colectivo. Y para alcanzar ese objetivo, nada mejor que contar con la colaboración de la OIT.
Se trata de una mirada al mercado laboral, la formación de capacidades y al vínculo con la protección social. Ya hay estudios estadísticos acerca del desempleo juvenil, siempre por encima de la media de los países. Sin embargo, éste tendrá un enfoque social.
"El desempleo juvenil representa mucho más que un problema económico. Se trata de un factor clave en las vidas y los sueños de generaciones enteras. Por eso este informe es más que una muestra estadística: es otro paso para mejorar la realidad de las y los jóvenes iberoamericanos", explica Alejo Ramírez, secretario general de la OIJ, acerca del informe, que se preve podría presentarse hacia finales de septiembre.
 
 
 

martes, 24 de abril de 2012

Ley de juventud: un sueño que no llegará a construirse.

LEY DE JUVENTUD, UN SUEÑO QUE NO LLEGARÁ A CONSTRUIRSE

 
Desde hace 5 años Ecuador está viviendo un proceso de transformación en el que muchos temas en relación al fortalecimiento de programas para las y los jóvenes ecuatorianos han tenido importante anclaje en la propuesta de transformación a largo plazo.
Nadie puede negar que la inversión en educación es uno de los avances más importantes y que sin duda el presupuesto se ha incrementado de manera relevante en este período, acompañado de la implementación de necesarias estrategias para mejorar las capacidades y la profesionalización de las y los jóvenes a fin de responder con la demanda técnica que el país necesita para forjar los procesos de transformación planificados.
Dichos aportes, sin duda hacen parte de la transformación que el país está viviendo; sin embargo, qué decir frente al debate de la Ley de Juventud que actualmente se encuentra en la Asamblea Nacional?
1.- Un debate que a una gran mayoría de asambleístas no interesa, y a quienes han definido este como su trinchera política… se posicionan con discursos y actos públicos que pretenden ser espacios de debate con la sociedad civil pero que finalmente terminan siendo una plataforma político electoral.
2.- Una institucionalidad de juventud debilitada durante varias décadas, sin capacidad de respuesta frente a las demandas de la sociedad civil joven, y mucho menos capaz de influir en la propuesta de transformación que Estado persigue.
3.- Un tejido social juvenil debilitado, donde son escasos y escazas las compañeras que cuentan con formación política y con propuestas concretas para mantener un debate a la altura del tema.
4.- Una ley con grandes posibilidades de ser vetada por la función ejecutiva al ser una ley que NO propone nada para transformar la realidad de las y los jóvenes en el país y sugiere una institucionalidad de juventud que a juicio de quienes han trabajado en la reforma institucional del Estado “es inviable”.
5.- Un propuesta vergonzosamente conservadora al intentar proponer “el ser joven” desde los 16 años, desconociendo los temas de protección especial, enmarcados en los derechos humanos y que se contemplan en las normas respectivas de la legislación nacional.
Luego de mirar esta realidad, me pregunto señor Presidente, señores y señoras Ministras ¿realmente estamos comprometidas con las juventudes? ¿es este realmente un tema en el que estemos poniendo las manos para construir colectivamente el Buen Vivir de este grupo etario? ¿Estamos haciendo un esfuerzo por evaluar el impacto de nuestros programas y proyectos para jóvenes?
Me temo que los esfuerzos emprendidos desde nuestro Gobierno Nacional no necesariamente están transformando la realidad de las juventudes, a pesar de que 3 de cada 10 ecuatorianos y ecuatorianas somos jóvenes[i], de evidenciar que más del 50% de jóvenes ecuatorianos vivimos en condiciones de pobreza y extrema pobreza[ii], que únicamente 4 de cada 10 jóvenes hemos culminado la secundaria, 3 de cada 10 jóvenes hemos tenido acceso a la educación superior y únicamente 1 de cada 10 jóvenes ha logrado graduarse de la universidad[iii] , que 1 de cada 10 jóvenes ecuatorianos y ecuatorianas se encuentra desempleado y 5 de cada 10 jóvenes se encuentra en condiciones de subempleo, ganando un sueldo promedio de 295 dólares (jóvenes entre 18 y 29 años),[iv] que únicamente 3 de cada 10 jóvenes contamos con seguridad social[v] y 7 de cada 10 jóvenes migrantes, migran por buscar mejores condiciones laborales.[vi]
 
Señor presidente, compañeros Ministros, Ministras, Secretarias y Secretarios se necesita principalmente voluntad política para transformar esta realidad, es necesario realizar cambios estructurales que hagan que las y los jóvenes se conviertan en verdaderos actores estratégicos del desarrollo, como lo manda la Constitución del Ecuador; se requiere presupuesto para que la política de juventud tome fuerza, y una gran participación social que pueda sostener las propuestas políticas para la transformación en el día a día.

Las y los jóvenes no somos el futuro de la patria, somos el presente!


Son importantes los esfuerzos por ubicar en puestos políticos importantes en las instituciones públicas a las y los jóvenes, sin embargo esto no refleja los cambios que las y los jóvenes de diversos sectores reclaman para mejorar su calidad de vida.
 
Finalmente ¿esta Ley de la Juventud transformará la realidad de este grupo etario? ¿Existen los esfuerzos necesarios por parte del Estado para que a través de otras herramientas se transforme esta realidad? ¿Existe un verdadero interés de contribuir con LAS MAYORÍAS de jóvenes que viven en condiciones de pobreza?
 
!Quiero continuar creyendo que SI!

[i] La población joven en el Ecuador comprende 3’912.227 personas, el 29,5% son a
dolescentes de entre 15 y 18 años, 39,8% son jóvenes de entre 19 y 24 años y el 30,7% corresponde a las y los jóvenes de entre 25 y 29 años.
[ii] De 3’912.227 jóvenes ecuatorianos y ecuatorianas, 2’079.506 viven en condiciones de pobreza y extrema pobreza.
[iii] Las y los jóvenes de entre 15 a 29 años que han completado la educación primaria son el 88,6%. Las y los jóvenes entre 18 y 29 años que han culminado la secundaria en el 41,45%. Finalmente, el 28,2% de jóvenes han tenido acceso a la instrucción superior, sin embargo únicamente el 11,15% están titulados.
[iv]Jóvenes de entre 19 y 24 años: tasa de desempleo del 11,5% y el 54,3% en condiciones de subempleo (salarios promedio 247,1 dólares por mes). Jóvenes de entre 25 y 29 años: tasa de desempleo del 7% y un 45,1 se encuentra en condiciones de subempleo. (343,7 dólares por mes).
[v] El sistema de seguridad social cubre a un 21,5% a jóvenes de entre 19 y 24 años y a un 38,9% a las y los jóvenes de entre 25 y 29 años.
[vi] Del total de migrante jóvenes, el 75,6% de jóvenes de entre 25 y 29 años, el 70,9% de jóvenes entre 19 y 24 años han migrado por situaciones laborales.

lunes, 23 de abril de 2012

La deuda social con los jóvenes indígenas.

Por:
 
De tan previsible puede que no sea noticia. Los jóvenes indígenas de Latinoamérica, los descendientes de los más antiguos pobladores de la región, reciben menos educación formal y están menos insertados en el mercado laboral que sus colegas de la misma edad que no pertenecen a esas etnias. Así lo confirma un informe que a finales de 2011 publicó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y que se titula Salud de la población joven indígena en América Latina. Este reporte indagaba en la situación socioeconómica de los jóvenes de los pueblos originarios para comprender las causas de sus condiciones sanitarias peores que las del resto de la población. Pocas horas después de que ayer se celebrara el Día del Aborigen Americano, es una buena oportunidad para indagar sobre la deuda social para con él.
 
La educación es un factor clave para la distribución del ingreso. El analfabetismo, consecuencia de la falta de instrucción escolar, afecta sobre todo a los jóvenes indígenas de 15 a 24 años de Guatemala, Paraguay y Venezuela. Allí entre 20% y 30% no sabe leer ni escribir. En Brasil, Costa Rica, Honduras y México el analfabetismo de este sector de la población oscila entre el 10% y el 20%. En Argentina, Chile, Ecuador, Bolivia y Perú los jóvenes indígenas analfabetos representan menos del 10% del total. En todos los países, con la excepción de Nicaragua, es mayor la proporción de jóvenes indígenas que no saben leer ni escribir que la de los no indígenas.
 
Los programas de alfabetización y de extensión de la cobertura de la educación primaria han llevado a que entre los jóvenes indígenas haya una proporción menor de analfabetos que entre sus padres y abuelos. Claro que esos programas han sido aún más efectivos para enseñar a leer y a escribir a las nuevas generaciones de otras etnias. Esto se percibe en Argentina, Brasil, Costa Rica, Guatemala, México, Paraguay y Venezuela. A su vez, las jóvenes se encuentran en una situación aún peor que los varones, en particular las costarricenses, panameñas, paraguayas y venezolanas.
 
Los jóvenes indígenas suelen estudiar menos años que los que no lo son. En Guatemala pasan por la escuela menos de cuatro años de media, una cantidad de tiempo que no permite al alumno escribir ni leer en forma correcta. En Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Venezuela cursan entre cuatro y seis años. En México y Nicaragua, de seis a ocho y en Argentina, Chile, Bolivia y Perú, más de ocho. En materia de años de escolaridad, los argentinos y nicaragüenses indígenas no están muy por debajo de los que no lo son, mientras que los panameños y los paraguayos son los que más sufren la desigualdad étnica.
 
En cuanto a la inserción laboral, el 47,1% de los jóvenes indígenas trabaja o busca empleo, mientras que el 57,2% de los que no lo son se encuentra en la misma situación. Esta diferencia puede estar explicada en parte porque los censos poblaciones a veces no registran como trabajadores a aquellos que se encuentran empleados en unidades productivas familiares.
 
Los adolescentes de 15 a 19 años de los pueblos originarios suelen comenzar a trabajar antes que el resto. Sin distinción de etnias, las jóvenes están menos insertadas en el mercado de trabajo que los varones, pero en el caso de las indígenas las estadísticas suelen desconocer sus actividades productivas tradicionales. Es en Costa Rica, Guatemala y Honduras donde las jóvenes de los pueblos originarios se hallan menos integradas al mundo laboral.
 
“Investigaciones recientes muestran una evidente relación entre los niveles de escolaridad de los jóvenes y su inserción en el mercado del trabajo”, recuerda el documenta de la CEPAL. “En consecuencia, si se toma en consideración que los indígenas tienen menos años de estudio que los no indígenas, su participación en la actividad económica se ve restringida a los empleos de menor calidad, de más bajos ingresos y con menor protección social. Más aun, en contextos modernos, esta situación de detrimento expone a los jóvenes a los empleos de mayor peligro”, advierte la organización que dirige Alicia Bárcena.
 
La CEPAL también señala que “el mayor acceso a la educación formal alcanzado por los jóvenes indígenas en el marco de modelos de aprendizaje homogeneizantes bien podría entrar en contradicción con sus derechos colectivos como miembros de pueblos diferenciados culturalmente”. Por eso la Convención 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) establece que los programas educacionales deben responder a las necesidades particulares de los pueblos indígenas y tener en cuenta su historia, sus conocimientos y técnicas, sus sistemas de valores y todas sus demás aspiraciones sociales, económicas y culturales.
 
 

Se realizó el Consejo Directivo de la OIJ.

Dos veces por año, los integrantes del Consejo Directivo de la OIJ se reúnen para escrutar los pasos dados por la Secretaría General y evaluar los proyectos futuros. Esta vez, el escenario de ese encuentro fue Madrid, donde la OIJ y el INJUVE de España oficiaron de anfitriones.

Representantes de España, Brasil, México, El Salvador, Chile y Portugal (estos dos, en calidad de observadores) participaron del 48º Consejo Directivo de la institución, que en la primera jornada de actividades vio refrendada la designación de Max Trejo como secretario general adjunto y en la que se dieron detalles técnicos y metodológicos de lo que será la 1ª Encuesta Iberoamericana de Juventudes.

Sobre este punto, se realizó una video-conferencia con Ernesto Espíndola, consejero de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), y José Antonio Pérez Islas, especialista en juventud de la UNAM (México), quienes solventaron todas las dudas acerca del instrumento técnico que se utilizará para recolectar los datos de la Encuesta. Esas dos instituciones, junto con el equipo de la OIJ, conforman el Gabinete Técnico del proyecto, que se concretará durante este 2012.

Antes de ello, se aprobó la designación del mexicano Trejo como segundo del organismo. Las autoridades de los países destacaron su extensa trayectoria trabajando en temas de juventud y su cabal conocimiento de la realidad iberoamericana, en especial durante el tiempo en que fue asesor del secretario general iberoamericano, D. Enrique Iglesias.

Además, se realizó una presentación del estado de situación económica y financiera de la institución, con la intención de dar la mayor transparencia posible a la gestión de esta secretaría general.

Durante la segunda jornada de actividades, Brasil hizo una presentación acerca de las actividades que desarrollará la Secretaría Nacional de Juventud en ocasión del encuentro Río+20. Una presentación análoga concretó Miguel Ángel Carreón sobre la actividad paralela que concretará el Instituto Mexicano de la Juventudal en ocasión del G-20. Para finalizar, la OIJ presentó una docena de proyectos y programas sobre los que se trabajará durante 2012, que fueron aprobados en su totalidad por el Consejo Directivo.
El próximo encuentro oficial de todos los responsables de juventud se dará en diciembre próximo, en Brasilia, en ocasión de la XVI Conferencia Iberoamericana de Juventud.
 
 
 
La foto de familia: arriba, Miguel Ángel Carreon (México), Luis Felipe San Martín (Chile) y Miguel Ángel Pereira (El Salvador); abajo, Max Trejo (OIJ), Severine Macedo (Brasil), Alejo Ramírez (OIJ), Rubén Urosa (España) y Ricardo Araujo (Portugal)
Fuente: OIJ
 

XLVIII Consejo Directivo de la Organización Iberoamericana de Juventud.

Se realiza el XLVIII Consejo Directivo de la OIJ, que tiene por finalidad que la Secretaría General presente un informe de lo actuado en los últimos meses y, a la vez, se aprueben las líneas de acción futuras.

En la actualidad, el Consejo Directivo está compuesto por el presidente, Franklin Rodríguez (República Dominicana), la vicepresidenta, Severine Carmem Macedo (Brasil), y las representaciones regionales: Laura Braiza (Argentina, por Cono Sur), Kalindy Bolívar (Ecuador, por región Andina), Miguel Ángel Pereira (El Salvador, por Centroamérica), Miguel Ángel Carreón (México, por México y Caribe) y Rubén Urosa Sánchez (España, por Península Ibérica).

viernes, 20 de abril de 2012

Positiva reunión con el canciller de Costa Rica.

En su paso por Madrid para presentar un Encuentro sobre cambio climático, el canciller de Costa Rica, Enrique Castillo, recibió la visita de una delegación de la OIJ, compuesta por el secretario general, Alejo Ramírez, y el director de cooperación, Paul Giovanni Rodríguez.

En ese encuentro se habló de la positiva tarea que realiza el Viceministerio de la Juventud en beneficio de los y las jóvenes de su país y el apoyo que recibe de la OIJ, así como de la importancia de las políticas públicas de juventud implementadas en Costa Rica y su influencia en el contexto de la región centroamericana. Del cónclave también participaron el embajador costarricense en España, Ekhart Peters; el ministro de Cultura y Juventud, Manuel Obregón López, y la viceministra de Juventud, Karina Bolaños.

Castillo suscribió la necesidad de apostar a trabajar en temas de juventud y aprovechar el bono demográfico, oportunidad que tienen ante sí todos los países de Centroamérica. Y para ello se comprometió a fortalecer el vínculo con la OIJ.

Asimismo, se mencionó la posibilidad de que el informe de estado de la región, que elabora Costa Rica, se enfoque al tema de juventud. Y alabaron el emprendimiento de la Universidad Earth de concretar el Encuentro Intergeneracional de Corresponsabilidad sobre el Cambio Climático.
 
 
 
Fuente: OIJ.

jueves, 19 de abril de 2012

Avances en la visita de la OIJ a Paraguay.

Una visita institucional de tres días cumplió Luis Acosta, Director de la Oficina Regional Cono Sur de la OIJ, a Paraguay, en el que mantuvo diversas reuniones con altas autoridades de ese país para abordar el programa de trabajo conjunto con el Viceministerio de Juventud y otras áreas para este 2012.

Entre las reuniones destacadas de ese viaje, Acosta se entrevistó con el Canciller, Jorge Lara Castro, con quien dialogó acerca de los 20 años de la fundación de la OIJ (que se cumplen este año) y la importancia de la 1ª Encuesta Iberoamericana de Juventudes como un instrumento que permita tener una perspectiva sobre qué piensan las personas jóvenes en la región y el potencial que esa herramienta tendrá a la hora de formular las políticas públicas.

Asimismo, el canciller manifestó la importancia del Año Mercosuriano de la Juventud como una oportunidad para la región y señaló que el Paraguay impulsa esta agenda con decisión. Desde la OIJ se planteó la importancia del consenso de los países del bloque en la materia y se anunció el próximo lanzamiento de la agenda del Año Mercosuriano de la Juventud conforme al diálogo establecido con los países.

También se concretó un encuentro con el Ministro de Educación, Víctor Ríos, en el que Acosta planteó los grandes proyectos de la OIJ, la perspectiva de presente y los desafíos en materia de la agenda de juventud en la región. Ríos señaló su compromiso con la política pública de juventud señalando los avances que se han registrado desde su cartera en la materia, a la vez que hizo un reconocimiento del trabajo de la OIJ en la región.

Con el Viceministro de Juventud, Lic. Vidal Vázquez, se trabajó sobre la implementación del plan nacional de juventudes realizado en 2011 con la cooperación de la OIJ. En ese sentido, Vázquez señaló la necesidad de fortalecer las líneas de acción vinculadas a la participación y voluntariado en la perspectiva de desarrollar la ciudadanía juvenil en el horizonte de las oportunidades y derechos.
 
 
Fuente: OIJ.

lunes, 9 de abril de 2012

Los jóvenes son protagonistas en la VI Cumbre de las Américas.

El Foro Juvenil de las Américas es el encargado de dar inicio a la VI Cumbre de las Américas que se realiza en la ciudad de Cartagena.
 
El foro busca que los gobiernos del continente escuchen y adopten las políticas, propuestas y soluciones a los principales problemas que recogieron tras los debates en los que participaron más de 3.500 jóvenes.
 
En el marco de la Cumbre, 300 líderes juveniles trabajarán en propuestas concretas en torno a cuatro de los cinco ejes temáticos: pobreza e inequidad, prevención y educación en desastres naturales, seguridad ciudadana y tecnología.
 
Estos actores sociales participarán en la Cumbre Social con el "III Foro de las Américas, Jóvenes: socios para la prosperidad, organizado por la ONG Young Americas Bussiness Trust (YABT), en alianza con la Organización de Estados Americanos (OEA) con el apoyo del Gobierno colombiano, a través del programa presidencial Colombia Joven.
 
En este foro juvenil, que se cumplirá del 9 al 12 de abril, debatirán sobre el papel que cumplen en la construcción de la democracia y el progreso de la región, los retos para proponer soluciones viables y sostenibles y las nuevas perspectivas que ayuden al proceso de las Cumbres de las Américas.
Esta reunión será una oportunidad para que los jóvenes presenten 36 proyectos de creación de empresa y emprendimiento, algunos de los cuales ya se han comenzado a ejecutar en algunos países del hemisferio, y los cuales fueron seleccionados entre 1.800 iniciativas que fueron candidatizadas a través de un riguroso proceso.
 
 
 

miércoles, 4 de abril de 2012

Rossana Reguillo: “Hay un retorno de lo político en la conformación de colectivos juveniles”

Entrevista realizada por: Manuel Barrientos.
La antropóloga mexicana Rossana Reguillo reflexiona sobre los problemas que enfrenta la juventud latinoamericana y sobre la emergencia de nuevas prácticas políticas.
 
Doctora en Ciencias Sociales especializada en antropología social, Rossana Reguillo es una de las principales referentes del campo de los estudios socioculturales en América Latina. En marzo último, Siglo Veintiuno lanzó una nueva edición de Culturas juveniles. Formas políticas del desencanto, que actualiza y amplía los textos ya clásicos que Reguillo había publicado originalmente en el año 2000.
“Vender riesgo es la única opción que tienen muchos jóvenes latinoamericanos”, dispara en diálogo con Debate. Titular de la Cátedra Unesco de Comunicación de la Universitat Autónoma de Barcelona, Reguillo describe las dificultades que enfrenta la juventud en el continente y advierte sobre la ausencia de macropolíticas, en buena parte de los países latinoamericanos, que permitan avanzar en la resolución de estas problemáticas. Pero también destaca la creatividad de los jóvenes para ensayar nuevas formas de gestionar sus propias vidas y el surgimiento de prácticas políticas que saben combinar lo digital con lo presencial.

¿Qué características particulares adquieren las nuevas culturas u organizaciones juveniles en América Latina?
Se hallan diferencias muy grandes entre los colectivos juveniles en la Argentina, en Colombia, en México o en el propio Chile, pese a que parecería que América Latina es un continuo homogéneo. Aunque haya que mantener estas necesarias distinciones, hay tres elementos que podríamos colocar como un piso común para los jóvenes en América Latina. El primero está ligado a las difíciles condiciones que están experimentando para incorporarse a la sociedad, tanto a través del estudio como del trabajo. Esa situación representa un desafío muy grande para ellos, y tiene formas de respuestas distintas. En lo que respecta a la formación de colectivos, se puede encontrar una enorme capacidad de autogestión. Es decir, en la manera en que cotidianamente están reinventado el trabajo, a veces en condiciones muy desventajosas.

¿Por qué se genera esa capacidad de autogestión?
Estamos frente a una generación que no está esperando que se le resuelvan las cosas desde arriba. En ese sentido, un segundo aspecto muy interesante es que, en los últimos años, estamos presenciando el retorno de lo político en la conformación de colectivos juveniles. Si bien durante la última década del siglo XX y buena parte de los primeros años del siglo XXI, los jóvenes estaban muy separados de estos temas, hoy vemos que regresan con fuerza al escenario político, aunque no en las formas tradicionales como los partidos, sino planteando debates e involucrándose en distintas causas, más que en organizaciones.

¿Y el tercer aspecto común?
Aunque sea necesario guardar un prudente optimismo dada la exclusión de muchos jóvenes de la tecnología digital, es una generación que sabe utilizar la tecnología a su favor, para pronunciarse, producir, crear arte o mantenerse en contacto con lo que está pasando en el mundo. Pero fuera de este piso común, es muy diferente la situación que están viviendo, por ejemplo, los jóvenes en la Argentina, donde me sorprendió su reencantamiento con la política formal; comparada a la de México, donde mantienen una actitud de total rechazo y de total desconfianza frente a la política y a los políticos.

¿Cómo viven los jóvenes esa paradoja entre los “cierres” que imponen las instituciones y la supuesta “apertura” que reciben por parte de las industrias culturales?
Los cambios más recientes apuntan a una generación que no pide ni perdón ni permiso, y que logra, frente a eso que con buen sentido llamas los cierres institucionales, reinventarse y generar estrategias, no sólo de supervivencia, sino también de participación. Si uno revisa la cantidad de blogs que pueblan el espacio digital, puede darse cuenta, sin mayores dosis de aparato teórico o metodológico, que muchos de ellos son jóvenes que ponen en aprietos a las instituciones, incluso de las industrias culturales. Hay fenómenos fascinantes, que todavía no alcanzamos a calibrar en lo que tiene que ver con los cambios que van a traer aparejados. Por ejemplo, los grandes medios se ven desafiados por un nuevo periodismo juvenil o ciudadano que no espera que la verdad le sea revelada. También existen procesos de intercambio musical que son inéditos en la historia reciente, porque dan la espalda a consorcios y monopolios discográficos y, sin embargo, circulan por el espacio no sólo digital.
 
DESEMPLEO Y ESTIGMATIZACIÓN

¿Por qué los medios y buena parte de la clase política estigmatiza a los jóvenes como agentes de la inseguridad?

Indudablemente no es un problema que empezó ayer, pero esta estigmatización sobre los jóvenes comenzó a subir de tono en la medida en que se hizo más evidente la crisis estructural en nuestros países. Es decir, hacia finales de los años ochenta, cuando comenzó a evidenciarse el fracaso del modelo económico -y, en buena medida, político- por el que se había optado. En ese momento, muchos de estos jóvenes, que además han sido mayoría demográfica en el continente, se volvieron visibles como problema. Esta tendencia se observó de forma temprana en Colombia y en México, y más tardíamente en la Argentina, también por su propia composición demográfica. Pero fue una especie de reacción social, en la que parecía que la propia sociedad le decretaba la guerra a sus jóvenes y los volvía responsables de una crisis que nadie parecía entender muy bien de dónde provenía.

¿Cuál es la actualidad de estos discursos?

No sólo está muy expandido entre las grandes corporaciones, los grandes medios y los políticos más conservadores, sino que se encuentra también como discurso cotidiano entre la gente, que ha desarrollado una especie de miedo atávico a los jóvenes de los sectores más empobrecidos y populares de la sociedad. Esto se ha ido agravando, y en la medida en que la pirámide juvenil empieza a presionar más, como ya se ha planteado en muchas investigaciones elaboradas por la Cepal, mi diagnóstico es que tenderá a agravarse aún más. Por tanto, hay una enorme responsabilidad en producir un contrarrelato. Hay que advertir: cuidado que muchos de estos jóvenes, aunque uno no pueda aplaudir muchas de sus conductas, no son los victimarios. No me gusta esta oposición dicotómica entre víctimas y victimarios, pero es útil para efectos de claridad. Entonces, en todo caso son las víctimas de un modelo económico que no previó el momento económico que íbamos a vivir.

En ese sentido, se observa que los índices de desempleo en los jóvenes -y, especialmente, en las mujeres jóvenes- son mucho más altos que los de la población general.

Así es. Y cuando se agudiza la crisis, son los primeros en ser expulsados del mercado laboral. Además, son los jóvenes quienes están aceptando los trabajos con peores condiciones del mercado. Muchas veces no reciben más que contratos temporarios, sin seguridad social, y muchos de ellos están dispuestos a trabajar por la mitad del salario por el que trabajaría un adulto. Se trata de una situación sumamente difícil y compleja. En condiciones y en contextos de pobreza, la única oportunidad que tienen muchos jóvenes es la de vender riesgo. Es decir, su fuerza de trabajo es el riesgo que están dispuestos a vender. Y hay muchos actores y muchas fuerzas muy interesadas en comprar ese riesgo.

En muchos casos, ese discurso se transforma en profecía autocumplida. ¿Qué políticas detecta en los gobiernos de la región que intentan romper con ese círculo?

En términos de macropolíticas, lamentablemente los gobiernos en la región, aun los de avanzada o aquéllos con los mejores proyectos de seguridad social, no tienen todavía una estrategia para enfrentar este problema. Hay preocupaciones, hay políticas públicas más atinadas que otras, y hay lugares en los que ni siquiera les da para pensar en esto como un problema serio, como es el caso de Centroamérica. Pero, en términos de estrategias macropolíticas y macroeconómicas, todavía no se calibra y no se dimensiona el tamaño del problema. Un caso paradigmático es el de México, con sus miles y miles y miles de jóvenes dispuestos a enrolarse en las filas del narcotráfico. En algunos casos, parece que se quiere combatir con aspirinas una metástasis cancerígena.

¿En qué sentido?

Es una problemática que no se puede combatir más que con una inversión macroestructural en términos económicos y con una política que sea acorde en toda la región. Con sus diferencias políticas, ideológicas, de sesgos, cuando sale el problema de los jóvenes en las cumbres regionales observo que no atinan a dar cuenta de la verdadera escala del problema. Se les ocurre hacer más escuelas. Y sí, es evidente, pero el problema no pasa por el número de escuelas que se construyen, sino por las condiciones estructurales que se proveen para que esos jóvenes puedan quedarse en esas escuelas.

¿Qué variables debería tener en cuenta una política macro de inclusión de los jóvenes?

En primer lugar, hay que dejar de pensar a los jóvenes como sujetos “tutelados”, “incompletos” y pensar en ellos como sujetos de derecho. Ese cambio de paradigma es fundamental y no está suficientemente instalado en los discursos políticos de la región, más que con algunos rasgos o atisbos. Partiendo de eso, lo que se requiere de fondo, lo voy a decir un poco en broma, es una especie de gran Plan Marshall. Es decir, una inversión multitudinaria en la generación de estructuras capaces de atender lo que sigue, porque estamos con tantos déficits encima que resolver los rezagos ya resulta prácticamente imposible, a menos que se dedique todo el Producto Bruto Interno a esa problemática. Deben generarse fuentes de trabajo y tomarse muy en serio la legislación en torno al primer empleo, que no se discute suficientemente en la región. Una segunda cuestión está vinculada al aparato educativo, porque tenemos problemas estructurales, pero al mismo tiempo tenemos un problema simbólico de proporciones apocalípticas.

¿Cuál es ese problema?

Debemos pensar qué escuela necesitamos para los desafíos que están enfrentando los jóvenes en este momento, porque no se van a resolver con esas recetas de capacitación para el mal empleo. Con esos programas que dicen: “acércate y te hacemos carpintero o plomero en tres días”. Creo que el asunto requiere transformaciones de fondo. Y hay un desafío muy grande que pueden cumplir los medios de comunicación, que deben hacer mejor su trabajo en vez de criminalizar a los jóvenes. Hace falta un periodismo de investigación que devele las terribles condiciones en las que estos jóvenes están desarrollando sus biografías.

POLÍTICA DIGITAL Y ANALÓGICA

¿Cómo analiza las protestas estudiantiles que se dieron en los últimos años, principalmente en Chile, pero también en otros países de la región?
Las protestas en Chile, Colombia, más recientemente en México, colocan en el centro al estudiante. Lo paradójico es que cuando el mundo parecía haber decretado, en este momento tardío industrial, que las aspiraciones de las generaciones más jóvenes debían ser de otra índole, vemos otra vez reivindicaciones totalmente estructurales en el espacio público: por el derecho a una educación de calidad, por el trabajo, por condiciones de salud y de seguridad social. Entonces, es una situación muy difícil de pensar.

¿Cuáles serían esas dificultades?

Tienes estos sujetos híbridos que se manejan en Twitter, Facebook, que son capaces de tender vínculos entre Chile y los Occupy Wall Street. Pero, al mismo tiempo, ponen en el centro de la mesa el fracaso del modelo económico de aspiración planetaria. Se observan transformaciones en los modos de luchas, porque se trata de una generación que aprendió de las anteriores, pero al mismo tiempo esa nueva imaginación en la capacidad de plantarle el cuerpo y las ideas al sistema no tiene fin. Se les ocurren cosas como el Besatón en Chile, y salen a besarse a la calle al frente del Ministerio de Educación Pública. Entonces, la seriedad de los movimientos de los ochenta, que no se permitían ninguna sonrisa, se estrella contra esta nueva perspectiva, en la que la pasan muy bien mientras hacen la revolución.

¿Cómo pensar las conexiones de estas nuevas prácticas con la política partidaria o electoral, incluso más allá de las estructuras tradicionales?

Es un debate muy interesante que ha surgido en los últimos meses, especialmente a partir de la emergencia de Occupy Wall Street. Zygmunt Bauman negó cualquier tipo de capacidad de transformación a los indignados españoles, acusándolos de ser pura emoción. Poco después, Slavoj Zizek los regañó diciéndoles que no estaban en un Carnaval y que debían tomarse en serio la revolución. Y Edgar Morin dijo que los indignados eran capaces de denunciar pero no de enunciar. Creo que son críticas infundadas, y ciegas o miopes a las transformaciones que se han operado en los movimientos sociales. Estamos frente a procesos de insurgencia que trabajan por fuera de cualquier tipo de noción programática. Son insurgencias, están operando como un síntoma de los múltiples fracasos de los modelos asumidos, pero nadie está en condiciones de exigirles un programa de gobierno. Son movimientos que nacen con una voluntad de ser ellos mismos el plan. Como diría el politólogo Benjamín Arditi, la insurgencia es el propio plan. Entonces, las instituciones no están en condiciones de abrazar lo que estos movimientos juveniles están significando, porque no tienen las categorías construidas para eso, debido a su fundación decimonónica.

¿Qué rol cumple la tecnología en estos procesos?

Las tecnologías digitales y las redes sociales los vuelven muy rápidos, les permiten ser muy creativos, estar en interacción permanente con movimientos afines. Pero no agotan la explicación posible. El año pasado estuve cuatro meses en Nueva York, siguiendo al movimiento Ocuppy Wall Street. Y el gran desafío para el uso de estas tecnologías es cómo combinar la política caliente -el cuerpo en la calle y en la plaza, la articulación con aquéllos que no frecuentan las redes sociales- con el uso de estos dispositivos. Pero, contrariamente a lo que se puede sospechar, estos movimientos saben que la revolución no se hace en Twitter y van encontrando la temperatura para hacer estas combinaciones entre lo digital y lo presencial. En síntesis, podría decir que son anfibios, que tienen una tercera branquia que todavía no les vemos. Pero también que ellos pueden navegar con absoluta comodidad y continuidad, en medio de los dos mundos, algo que a los adultos nos cuesta un enorme trabajo. 
 

martes, 3 de abril de 2012

Becas para el Diploma en Juventud de la YMCA.

La Organización Iberoamericana de la Juventud (OIJ) y la Alianza Latinoamericana y Caribe de ACJs (Asociaciones Cristianas de Jóvenes - YMCA) convocan a postulantes para ser becados al primer cuatrimestre del Diploma en Juventud.

Este segmento del diplomado se estructura en torno a la sociología de la juventud, participación, voluntariado y ciudadanía global, así como a las tecnologías de la información y comunicación, resultando una instancia formativa especialmente apta para los profesionales de la áreas de juventud en organismos públicos y organizaciones sociales.

Serán seleccionados diez participantes de entre los gobiernos de Iberoamérica y las organizaciones y movimientos sociales, conforme al perfil de la convocatoria que se adjunta.

El diploma se dicta en la modalidad a distancia, sobre internet y tiene una duracion de un año. Los interesados deberán postular a las becas antes del día 17 de abril de 2012, dirigiendo al correo electrónico conosur@oij.org, la siguiente información:

a) Currículum vitae,
b) Ficha de inscripción que se adjunta a esta convocatoria,
c) Breve nota de postulación explicitando su interés en el Diploma dirigida al "Comité de Selección de Becas", y
d) Carta de aval del organismo o la organización a que pertenece.

Los seleccionados serán notificados por correo electrónico, debiendo aceptar la beca en el curso de los tres días hábiles siguientes a la fecha de recepción.

Por consultas e información dirigirse a la Oficina Regional del Cono Sur de la OIJ, Pasaje Carabelas 281, 7º piso "D" CP: 1009, Buenos Aires, Argentina. Telefax: (+5411) 4328.8266 - Correo electrónico: conosur@oij.org.
 
 
 
 
Fuente: OIJ