LEY DE JUVENTUD, UN SUEÑO QUE NO LLEGARÁ A CONSTRUIRSE
Desde hace 5 años
Ecuador está viviendo un proceso de transformación en el que muchos temas en
relación al fortalecimiento de programas para las y los jóvenes ecuatorianos han
tenido importante anclaje en la propuesta de transformación a largo
plazo.
Nadie puede negar que la
inversión en educación es uno de los avances más importantes y que sin duda el
presupuesto se ha incrementado de manera relevante en este período, acompañado
de la implementación de necesarias estrategias para mejorar las capacidades y la
profesionalización de las y los jóvenes a fin de responder con la demanda
técnica que el país necesita para forjar los procesos de transformación
planificados.
Dichos aportes, sin duda
hacen parte de la transformación que el país está viviendo; sin embargo, qué
decir frente al debate de la Ley de Juventud que actualmente se encuentra en la
Asamblea Nacional?
1.- Un debate que a una
gran mayoría de asambleístas no interesa, y a quienes han definido este como su
trinchera política… se posicionan con discursos y actos públicos que pretenden
ser espacios de debate con la sociedad civil pero que finalmente terminan siendo
una plataforma político electoral.
2.- Una
institucionalidad de juventud debilitada durante varias décadas, sin capacidad
de respuesta frente a las demandas de la sociedad civil joven, y mucho menos
capaz de influir en la propuesta de transformación que Estado
persigue.
3.- Un tejido social
juvenil debilitado, donde son escasos y escazas las compañeras que cuentan con
formación política y con propuestas concretas para mantener un debate a la
altura del tema.
4.- Una ley con grandes
posibilidades de ser vetada por la función ejecutiva al ser una ley que NO
propone nada para transformar la realidad de las y los jóvenes en el país y
sugiere una institucionalidad de juventud que a juicio de quienes han trabajado
en la reforma institucional del Estado “es inviable”.
5.- Un propuesta
vergonzosamente conservadora al intentar proponer “el ser joven” desde los 16
años, desconociendo los temas de protección especial, enmarcados en los derechos
humanos y que se contemplan en las normas respectivas de la legislación
nacional.
Luego de mirar esta
realidad, me pregunto señor Presidente, señores y señoras Ministras ¿realmente
estamos comprometidas con las juventudes? ¿es este realmente un tema en el que
estemos poniendo las manos para construir colectivamente el Buen Vivir de este
grupo etario? ¿Estamos haciendo un esfuerzo por evaluar el impacto de nuestros
programas y proyectos para jóvenes?
Me
temo que los esfuerzos emprendidos desde nuestro Gobierno Nacional no
necesariamente están transformando la realidad de las juventudes, a pesar de que
3 de cada 10 ecuatorianos y ecuatorianas somos jóvenes[i], de
evidenciar que más del 50% de jóvenes ecuatorianos vivimos en condiciones de
pobreza y extrema pobreza[ii], que
únicamente 4 de cada 10 jóvenes hemos culminado la secundaria, 3 de cada 10
jóvenes hemos tenido acceso a la educación superior y únicamente 1 de cada 10
jóvenes ha logrado graduarse de la universidad[iii] , que
1 de cada 10 jóvenes ecuatorianos y ecuatorianas se encuentra desempleado y 5 de
cada 10 jóvenes se encuentra en condiciones de subempleo, ganando un sueldo
promedio de 295 dólares (jóvenes entre 18 y 29 años),[iv] que
únicamente 3 de cada 10 jóvenes contamos con seguridad social[v] y 7 de
cada 10 jóvenes migrantes, migran por buscar mejores condiciones laborales.[vi]
Señor
presidente, compañeros Ministros, Ministras, Secretarias y Secretarios se
necesita principalmente voluntad política para transformar esta realidad, es
necesario realizar cambios estructurales que hagan que las y los jóvenes se
conviertan en verdaderos actores estratégicos del desarrollo, como lo manda la
Constitución del Ecuador; se requiere presupuesto para que la política de
juventud tome fuerza, y una gran participación social que pueda sostener las
propuestas políticas para la transformación en el día a
día.
Las y
los jóvenes no somos el futuro de la patria, somos el presente!
Son
importantes los esfuerzos por ubicar en puestos políticos importantes en las
instituciones públicas a las y los jóvenes, sin embargo esto no refleja los
cambios que las y los jóvenes de diversos sectores reclaman para mejorar su
calidad de vida.
Finalmente ¿esta Ley de la Juventud transformará la
realidad de este grupo etario? ¿Existen los esfuerzos necesarios por parte del
Estado para que a través de otras herramientas se transforme esta realidad?
¿Existe un verdadero interés de contribuir con LAS MAYORÍAS de jóvenes que viven
en condiciones de pobreza?
!Quiero continuar creyendo que
SI!
[i] La población joven en el
Ecuador comprende 3’912.227 personas, el 29,5% son a
dolescentes de entre 15 y
18 años, 39,8% son jóvenes de entre 19 y 24 años y el 30,7% corresponde a las y
los jóvenes de entre 25 y 29 años.
[ii] De 3’912.227 jóvenes
ecuatorianos y ecuatorianas, 2’079.506 viven en condiciones de pobreza y extrema
pobreza.
[iii] Las y los jóvenes de
entre 15 a 29 años que han completado la educación primaria son el 88,6%. Las y
los jóvenes entre 18 y 29 años que han culminado la secundaria en el 41,45%.
Finalmente, el 28,2% de jóvenes han tenido acceso a la instrucción superior, sin
embargo únicamente el 11,15% están titulados.
[iv]Jóvenes de entre 19 y 24
años: tasa de desempleo del 11,5% y el 54,3% en condiciones de subempleo
(salarios promedio 247,1 dólares por mes). Jóvenes de entre 25 y 29 años: tasa
de desempleo del 7% y un 45,1 se encuentra en condiciones de subempleo. (343,7
dólares por mes).
[v] El sistema de seguridad
social cubre a un 21,5% a jóvenes de entre 19 y 24 años y a un 38,9% a las y los
jóvenes de entre 25 y 29 años.
[vi] Del
total de migrante jóvenes, el 75,6% de jóvenes de entre 25 y 29 años, el 70,9%
de jóvenes entre 19 y 24 años han migrado por situaciones laborales.
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